Información de European Livestock Voice
En Bruselas era un secreto a voces que la solicitud de autorización era inminente. La cuestión no era cuándo, sino por quién y para qué producto. Para sorpresa de todos, ha sido una start-up francesa, Gourmey, la que ha decidido dar el primer paso. La empresa, con sede en París y especializada en alimentos cultivados en laboratorio, ha solicitado la autorización previa a la comercialización de su producto cultivado en laboratorio que imita el foie gras y ha presentado cinco solicitudes para sus productos cultivados en laboratorio que imitan la carne de pato a las autoridades de seguridad alimentaria de la UE, Suiza, Reino Unido, Singapur y Estados Unidos.
Para comercializarse en la UE, los productos proteínicos cultivados en laboratorio deben ser aprobados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). La aprobación se rige por el Reglamento sobre nuevos alimentos, y el proceso de evaluación implica un examen exhaustivo de la seguridad y el valor nutritivo del producto durante un mínimo de 18 meses. Una vez aprobado por la Comisión y los Estados miembros, el producto puede comercializarse en los 27 países de la UE.
Dudas sobre seguridad e impacto ambiental
Según un comunicado de prensa de la empresa, el producto estrella será una «nueva opción para los amantes del foie gras». Nicolas Morin-Forest, Director General de Gourmey, ha declarado que su primer producto está teniendo un gran éxito comercial en muchas regiones donde los chefs quieren seguir sirviendo foie gras de alta calidad y que están deseando trabajar con las autoridades reguladoras para garantizar el cumplimiento de los requisitos de seguridad, expresando su confianza en que los productos cumplan las «estrictas normas» establecidas por las autoridades de la UE.
En su primer informe (de un total de cuatro) publicado en 2023, la FAO y la OMS enumeraron 53 riesgos potenciales para la salud, algunos de ellos graves, como la proliferación de células cancerígenas y la interferencia con el sistema endocrino humano.
En cuanto al impacto medioambiental, los estudios existentes han reevaluado rápidamente el impacto real de este tipo de producción alimentaria desde los primeros cálculos teóricos de 2012, demostrando que el impacto de los productos cultivados en laboratorio podría ser mayor que el de la ganadería tradicional, ya que los biorreactores en los que se cultivan las células consumen mucha energía.
Gourmey madura las células madre en biorreactores con nutrientes específicos a una temperatura determinada para producir el foie gras sintético y, según los medios de comunicación, la empresa ha recaudado 48 millones de euros para crear un centro de innovación y fabricación de 4.300 metros cuadrados con el fin de satisfacer los pedidos a gran escala. ¿Qué impacto tendrá esto en el medio ambiente?
Foie Gras, clave para abrir la caja de Pandora
El foie gras es una especialidad culinaria que se consume en un número limitado de países europeos, y es objeto de algunas críticas, por lo que es una especie de entrada fácil. Y pedir la autorización en julio, durante el periodo vacacional, típicamente “tranquilo”, garantiza una protesta limitada.
Pero hay una razón aún más fundamental para solicitar una autorización y es que garantiza a todos los agentes que ninguna gran empresa tendrá el monopolio durante unos meses/años tras la autorización de productos con un alcance potencialmente mayor, como el pollo cultivado en laboratorio.
De hecho, tras el concepto de “cultivado en laboratorio” se esconde una amplia gama de protocolos y enfoques tecnológicos, lo que significa que no se puede solicitar una autorización para un sector en su conjunto (o una producción), sino para una empresa concreta y un método de producción único. Así, una empresa cuya tecnología sea aceptada por la AESA obtendría de facto un monopolio temporal, que podría resumirse con el adagio “el primero que llega es el primero que se sirve”. En este sentido, empezar por el foie gras, un sector más de nicho, puede presentar la “puerta abierta” perfecta para todos los actores.
Lo que en realidad nos dice esta solicitud de autorización es que detrás de la competencia tecnológica existe, en cierta medida, una estrategia concertada por parte de todos los agentes de este mercado para establecerse lo antes posible en Europa.
Los ministros de la UE aún no están convencidos
Los ministros de Agricultura de Francia, Italia y Austria han pedido recientemente una evaluación más rigurosa de los productos cultivados en laboratorio, ya que consideran que estas innovaciones amenazan los “auténticos métodos de producción”. También defienden que la EFSA publique directrices específicas para evaluar los productos cultivados en laboratorio que imitan la carne, similares a las utilizadas para los nuevos productos farmacéuticos.
A principios de año, los ministros de los tres países, junto con los ministros checo, chipriota, griego, húngaro, luxemburgués, lituano, maltés, rumano y eslovaco, pidieron a la Comisión que iniciara una «consulta pública» sobre la carne cultivada en laboratorio. Hungría también organizó un debate en el Consejo sobre el posible impacto negativo de los nuevos alimentos en las tradiciones culinarias europeas, señalando el escepticismo de la población ante los nuevos alimentos y destacando que la carne y los productos lácteos de granja tradicionales siguen siendo una piedra angular de la cultura alimentaria europea.